Explora el ritmo y los colores a través de la lectura

¿Hay alguna canción que aprendiste o escuchaste en la escuela que aún recuerdas? ¡De seguro que sí! Con alegría y una pizca de melancolía, maestra Karen Holguin nos comparte un poco sobre su experiencia.

“Frecuentemente me encuentro pensando en la canción de las sumas que aprendí en escuela elemental. Dos y dos son cuatro, y cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis. ♪ En el pasado, la usé muchas veces para ayudarme a sacar cálculos, y si soy del todo honesta, confieso que aún la uso.”

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con la lectura? Mucho. La música y las artes visuales son grandes aliadas para desarrollar no solo las matemáticas, sino otros contenidos, especialmente la lectoescritura. “La [lectoescritura] basada en las artes ayuda a los niños a ser más diferentes, no más similares” (Cornett, 2006). Para que tengas una idea, la Asociación Internacional de Alfabetización (ILA por sus siglas en inglés), señaló que la educación de las artes visuales fortalece el conocimiento sobre el mundo, impulsa el pensamiento crítico y nutre las habilidades de escuchar y hablar (O’Donnell, 2018). Adicionalmente, las artes visuales sirven para diferenciar la enseñanza, responder a diversos estilos de aprendizaje y apoyar a lectores rezagados. Por otra parte, la educación musical estimula el procesamiento del lenguaje, el desarrollo cognitivo y el robustecimiento y la retención del vocabulario (Zindler, 2018). De este último surge la afinidad de maestra Karen por las canciones educativas.

Son múltiples los beneficios que brindan la música y las artes visuales para el desarrollo lector. Por eso te compartimos algunas divertidas ideas para darle ritmo y color a tu planificación.

 

Actividades de integración

  • Comienza seleccionando a tu mejor aliada, la literatura infantil

En este caso, nosotros seleccionamos el libro de Molly Bang, Cuando Sofía se enoja, se enoja de veras. Si no conoces este libro, es excelente para abordar el tema de las emociones.  Trata de una niña llamada Sofía y cómo ella maneja sus emociones en dinámicas familiares yendo desde el enojo hasta la calma. 

  • Realiza una lectura en voz alta del libro

Acompaña la lectura con una conversación al concluir. Exhorta a tus estudiantes a reaccionar en torno al texto. Puedes hacer preguntas tales como ¿Alguna vez te has sentido enojado como Sofía? ¿Qué ocurrió que te hizo enojar? ¿Qué hiciste cuando te enojaste? ¿Qué otras acciones podemos tomar cuando nos sentimos así?

Actividad de arte: Colores que sienten

Invita a tus estudiantes a observar más de cerca los colores utilizados en las ilustraciones del libro. Ayúdalos a identificar los colores que predominan cuando Sofía está enojada. Luego, anímalos a contrastar los colores según Sofía se va calmando.

Aprovecha esta actividad para validar las diversas emociones de tus estudiantes. Entrégale a cada uno un papel en blanco y creyones, o mejor aún, ¡pintura de diferentes colores! Pídeles que expresen cómo se sienten en ese preciso momento y que utilicen los colores que mejor les ayuden a mostrarlo. Dialoguen sobre formas saludables de expresarse según lo que compartan.

 

Expresión de enojo
Estudiante de Kínder de la Escuela Elemental de la Universidad de Puerto Rico

 

Actividad de música: Adivina la emoción que llevo dentro

Invita a tus estudiantes a sentarse en sus pupitres. Si es posible, acomoda los pupitres de manera que formen un círculo grande. Explícales que les estarás tocando fragmentos de diferentes tonadas musicales para representar distintas emociones (enojo, felicidad, tristeza, miedo y entusiasmo) y que dibujarán sus emociones según perciban cada corta melodía. Añade que estarán realizando esta actividad ¡con los ojos tapados!

Entrégale a cada estudiante una tarjeta de índice y un lápiz. Colócales algo para taparles los ojos, alguna camisa vieja y rasgada en tiras servirá muy bien.

Una vez todos tengan los ojos cubiertos, comienzas con la primera tonada y les exhortas a representar sus emociones según lo que escuchan. Cada vez que cambies de tonada, entrégales una nueva tarjeta para que expresen sus sentimientos. Al finalizar, pídeles que muestren sus tarjetas al resto del grupo. Exhórtales a adivinar la emoción que están viendo. Luego, hablen sobre otras canciones que escuchan ¿Son rápidas o lentas? ¿Suenan alto o bajito? ¿Cómo mueven sus cuerpos cuando las escuchan? Aprovechen el espacio para conectar y compartir sobre cómo la música les hace sentir.

 

¿Qué opinas? Estas actividades son ejemplos dentro de un mar de opciones que puedes realizar en tu salón de clases. Lo chévere es que las puedes adaptar y realizar con otros libros.

Recuerda, cuando proveemos espacios para la interacción significativa, relevante, espontánea y sobre todo creativa entre los niños y la lectura, enriquecemos sus experiencias lectoras. Estas actividades dan rienda suelta a la imaginación, incentivan la expresión artística y conectan con un texto para estimular el desarrollo de la lectoescritura. Así, enriquecerás las interacciones de tus estudiantes con los libros y la lectura de forma auténtica y significativa.

Sigamos enRedados con la lectura ¡y salpiquémosla con mucha zandunga y color!

 

 

Referencias:

Cornett, C. E. (2006). “Center stage: Arts-based read-alouds”. The Reading Teacher, 60(3), 234-240.

O’Donnell, A. (5 de ene., 2018). Language and Literacy Learning Through Music. International Literacy Association. https://www.literacyworldwide.org/blog/literacy-now/2018/01/05/language-and-literacy-learning-through-music

Zindler, R. (27 de nov., 2018). Weaving Art Into Literacy Instruction. International Literacy Association. https://www.literacyworldwide.org/blog/literacy-now/2018/11/27/weaving-art-into-literacy-instruction